La formación gamificada, partiendo de los mismos objetivos que la formación, permite aprovechar los elementos más efectivos de las dinámicas de juego para adquirir y modificar comportamientos, incorporando conocimientos y habilidades personales y profesionales de forma práctica e intuitiva, en la que cada participante es el protagonista autónomo, a la vez que generador, y va determinando el motor de su aprendizaje.

La formación en competencias a través de la experiencia de aprendizaje gamificada, consiste en completar la metodología formativa con los elementos del juego, que permiten aprender desde un marco diferente, en el que el participante tiene a su disposición posibilidades de aprendizaje y desarrollo que le permiten diseñar un itinerario propio, lo que potencia las oportunidades de crecimiento.