Mirar una situación desde el fracaso anula las posibilidades de futuro, cuando vemos la situación como un error, nos damos la oportunidad de hacer algo.
Distinguir error de fracaso puede suponer el cambio de vista que posibilite el comienzo del paso a la acción. Cuando hablamos de error, estamos minimizando y relativizando el daño, de forma que abrimos más la posibilidad a que pueda hacerse algo para superarlo o solventarlo. Cuando hablamos de fracaso, extendemos el error a todo lo que la persona puede suponer, de forma eterna e irremediable. De forma que no existe posibilidad desde esta visión de fracaso de ver solución o superación posible.
Cuando abordamos una situación desde el error, podemos ver las oportunidades que se abren para aprovechar una situación, inicialmente negativa, como una fuente aprovechable de experiencia. Perdonar pero no olvidar, nos ayuda a prevenir en el futuro posibles errores similares.
Asumir que el error es parte del camino, supone una toma de conciencia que necesitaremos para abordarlo desde otro punto de vista.
Distinguir el error, separarlo de nosotros mismos permite mayor objetividad, y las posibilidades de sacar partido a la experiencia se amplifican, relativizando los daños en pro de una nueva oportunidad.
Cuando cometemos un error, si ya sabemos para lo que no nos ha servido, vale la pena plantearnos, pero ¿para qué si me ha servido ______________? ¿Qué puedo llevarme de utilidad para la próxima vez?