Las emociones, los sentimientos y los estados de ánimo son términos que a menudo se utilizan de manera intercambiable, pero en realidad tienen diferencias fundamentales entre sí. Antonio Damasio, profesor de neurociencia en la Universidad de Southern California, ha proporcionado una clara distinción entre estos tres conceptos en su investigación y escritos.
Emociones son respuestas biológicas automáticas y rápidas a un estímulo ambiental específico. Por ejemplo, la alegría que sentimos al escuchar una buena noticia o el miedo que experimentamos al ver una película de terror. Las emociones tienen un componente fisiológico, como el aumento del ritmo cardíaco o la sudoración, y un componente conductual, como sonreír o huir.
Por otro lado, los sentimientos son experiencias subjetivas más complejas que surgen de la interacción entre el sistema límbico y el neocortex. Los sentimientos son menos automáticos y más conscientes que las emociones. Por ejemplo, la felicidad que sentimos al pensar en un recuerdo agradable o la tristeza que experimentamos al pensar en una pérdida. Los sentimientos también tienen un componente cognitivo, ya que implican la evaluación de la información y la formación de juicios.
Los estados de ánimo, por último, son estados a largo plazo de ánimo o disposición que pueden durar desde unas pocas horas hasta varios días. Los estados de ánimo pueden ser positivos, como el optimismo, o negativos, como la depresión. Los estados de ánimo se caracterizan por una mayor estabilidad y durabilidad que las emociones y los sentimientos.
Es importante notar que estas tres definiciones no son estrictamente separadas y existen muchas interacciones entre las tres. Por ejemplo, una emoción puede desencadenar un sentimiento y afectar a un estado de ánimo. También es posible tener un estado de ánimo positivo que influya en la forma en que experimentamos emociones y sentimientos.
De forma resumida, las emociones son respuestas biológicas automáticas a estímulos específicos, los sentimientos son experiencias subjetivas más complejas y conscientes que surgen de la interacción entre el sistema límbico y el neocortex, y los estados de ánimo son estados a largo plazo de ánimo o disposición.